
FESTIVAL INTERNACIONAL DE CUENTACUENTOS
En la situación económica y moral de los tiempos que corren es cuando más necesarias se hacen la palabra y la imaginación; cuando el arte adquiere dimensiones de requisito, sobre todo porque surge del pueblo y va dirigido al pueblo. ¿Y qué más arte del pueblo que el ancestral de contar y cantar historias, poesías y romances, de viva voz?.

Desde que los cuentos a través de los cuenteros y cuenteras
llegaron a Cádiz, hace más de 15 años, gaditanas y
gaditanos de todas las edades y condiciones han podido
escuchar cientos de historias de los más de 60 narradores
que han invadido la ciudad, cuenteros o cuentacuentos,
hombres y mujeres venidos de Cuba, Chile, Colombia, Perú, Argentina, Méjico, Uruguay, Japón, Alemania, Marruecos, Madrid, Leon, País Vasco, Barcelona, Sevilla, Cordoba, Granada, Malaga, Teruel, Alicante, Galicia, Zaragoza... y por supuesto cuentacuentos de nuestra capital y de nuestra provincia.
Y sus voces se han escuchado en los más variados lugares:
colegios, IES, centros de adultos, hospitales, plazas, barrios, teatros, cafés, bares. Se han impartido talleres y otras artes se han hermanado para hacer todo un espectáculo del arte
de narrar historias a viva voz y con todo el cuerpo: actores, malabaristas, acróbatas, magos, pasacalles,
bailarinas, músicos, escenógrafos y artistas plásticos,
sin olvidar a los técnicos y colaboradores que cada nueva
edición se desviven para hacer realidad este festival que
cada año va alcanzando nuevas metas, mejorando con el tiempo.



Prafraseando a Paul Auster en su discurso en
la ceremonia de recepción de los premios
Príncipe de Asturias:
“en cuanto aprendemos a hablar sentimos
avidez por los relatos… tal es la magia de los relatos: pueden transportarnos a las profundidades del infierno, pero en realidad
son inofensivos. Nos hacemos mayores, pero
no cambiamos. Nos refinados, pero en el fondo seguimos siendo como cuando éramos
pequeños, criaturas que esperan ansiosamente
que les cuenten otra historia, y la siguiente y
otra más”.
Es por esta necesidad humana de escuchar y contar que nos caracteriza por lo que en casi cualquier pueblo o provincia de nuestra nación, y más allá, los festivales, encuentros o jornadas de narración oral o cuentacuentos proliferan y se convierten en señas de identidad, donde las fronteras no existen o se comparten y Cádiz, por supuesto, no podía quedarse fuera de este movimiento que se ha transformado en un bien reconocido por tod@s lo@s que han disfrutado de los cientos de historias que se han contado
durante todos estos años, reclamando a profesionales de la palabra para que este hacer adquiera toda su magnitud y pase del placer de salón a convertirse en un verdadero arte legado de juglares y antiguos romanceros y poetas.
